29 de julio de 2014

Sobre estándares de belleza, veganismo, dudas y odio

Como es absurdo disculparme por cada vez que falle en los viernes... directamente no lo haré e intentaré poner remedio más que excusas. Este es el de hoy, no vale la pena, pero bueno. Es más terapia propia que otra cosa.

Odio el verano.
Odio tener que depilarme de forma más regular y convertirme en una maníaca del vello que sólo quiera acabar con él.
Odio haber pensado incluso que sería mejor haber nacido calva, como esas mujeres que de nacimiento lo son y no tienen ni un pelo en el cuerpo. Mucho más fácil comprarse pelucas que estarse toda la vida arrancándose vello de las formas más dolorosas.
Odio mirarme al espejo y ver que sigo teniendo muchas manchas de acné. Y aún odio más que el susodicho reaparezca. Por lo pronto, que me trasplanten una cara nueva, por favor.
Odio saber que nuestros estándares de belleza son un negocio de las compañías de cosméticos y aún así estar tan enjaulada en ellos como el resto de las mujeres (y cada vez más hombres).
Odio querer atiborrarme a dulces de pastelería porque sé que no puedo. Ni estoy a dieta, ni soy alérgica a nada, ni soy diabética. Señores, soy vegana. Y cuando digo que no puedo, me refiero a que moralmente no puedo. Ah y odio la puta adicción que tengo al queso, por la misma razón.
Odio tener momentos de dudas sobre lo nuestro, cariño. Ojalá no los tuviera tan a menudo. Pero ya sabes que la duda es una constante en mi vida. Lo siento pero no la puedo integrar(chiste malo) y aún así, ahí sigue.
Odio tenerte tan lejos.

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PD: Probablemente, la universitaria sea yo.